Los silencios están
hechos de oro y las palabras de plata, por eso hablar en plata es decir verdad.
La verdad no brilla
hoy en las palabras de los políticos, la manipulación y retorcimiento del
significado de las palabras son su forma de comunicar, han prostituido las
palabras que eran los faros que guiaban las manifestaciones de la gente que se
exponía y expone a los pies de los caballos de la represión.
Ellos, el gobierno y
sus satélites, hablan de democracia, de libertad y de derechos, restándoles
todo el inmenso valor que guardan en lo profundo de su semántica. Como en el
cuento de Caperucita esconden la terrible sentencia: "para comerte mejor".
Nadie traduce para
el común de la gente sus frases cargadas de intención. Los medios tienen hoy la
autocensura elevada a la medida de sus deudas con el gran capital, que dirige
escondido en los pliegues del anonimato todas las directrices que imponen una
delgadez extrema a lo que no hace 5 años todavía era una sociedad desarrollada,
activa e ilusionada.
Hay un factor que
nunca le ha fallado al poder, se llama "miedo" y ese veneno lo
administran en dosis letales cuya primera consecuencia es la inmovilidad y la
incapacidad de defensa.
Desde la atalaya de
sus medios de comunicación nos sirven todos los días declaraciones
contradictorias y falsas, ora nos dicen que no se puede hacer otra política y
tenemos que reducir mas nuestro nivel de vida, ora que estamos creciendo y que
pronto saldremos de la crisis. Todo mentira.
Sin embargo la gente
parece no ver el engaño, están atados a los hipnotizantes rayos catódicos capaz
de atrofiar el sentido crítico, con lo que están dispuestos a votar una y otra
vez a aquellos que les someten a la indigencia de una vida en blanco y negro.
Cómplices necesarios y víctimas al fin.
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